Mejoró la entrada en la monumental de Aguascalientes, quizá porque fue viernes, quizá por la presencia de un Emilio de Justo que en 2023 dejó buen sabor de boca en la afición hidrocálida.

 

Además del diestro español se encontraban acartelados Sergio Flores y el de la tierra Alejandro Adame para lidiar reses de Boquilla del Carmen.

 

Sin embargo, alrededor de 5 mil asistentes se quedaron con las ganas de ver triunfar a los toreros ya que el ganado nuevamente ha dejado que desear. ¿Qué sucede con las ganaderías favorecidas por la empresa? ¿Por qué han prevalecido la mansedumbre y la falta de casta? 3 o 4 toros de los más de 70 lidiados hasta el momento dan como resultado un bajísimo porcentaje, que da pena y que poco a poco cansan y cansarán a los valientes que pagan un boleto para asistir.

 

Y si a esto le sumamos que el único toro que prometía se ha despitorrado, no hay pues mucho que contarle.

 

Lo bueno. Emilio ha dejado de manifiesto en el ruedo la enorme afición y el deseo de agradarle al público feriante. Siempre muy por encima de sus manos enemigos logró algunos momentos de mucho lucimiento y entendimiento de las condiciones de sus toros. Temple, delicadeza en el manejo del capote y muleta dieron como resultado contados lances y muletazos de muchísima calidad. Salió al tercio y escuchó palmas. Por su parte los mexicanos dieron la réplica posible.

 

Adame anduvo bien con el cierra plaza ya que con su primero no se acopló por su escasa raza.

 

Flores tuvo dos marmolillos por enemigos y desafortunadamente se topó con lo más malo del encierro.

 

Lo regular. Así como se lee: regulares entradas tirando a malas. Aunque la empresa en su balance del año pasado mencionó que tuvieron muy buen resultado en taquilla, este año claramente quedarán por debajo de dichos números y quizá el informe final sea la cara opuesta de la moneda.

Urge que se haga algo.

 

Lo malo. Ya lo mencioné antes: ¿Qué sucede con las ganaderías consentidas que no están dando resultado? Tema digno de debate.