Lo primero que pensó Sophie Hawley-Weld al ver a Tucker Halpern fue “¿Quién es este tío superalto y supercool? Mide dos metros, iba todo de negro”, dice entre risas la mitad del grupo Sofi Tukker. “Es curioso, ahora visto siempre de colores”, replica él, “entré en la galería de arte donde Sophie estaba cantando en portugués, y pensé que eso sonaría genial en un contexto de música dance. Esa misma noche le pregunté si podía hacer un remix, ella vino al día siguiente a mi apartamento para crearlo y así empezamos a trabajar juntos”. Fue hace ocho años, en la universidad de Brown, uno de los centros de la exclusiva Ivy League, donde Halpern jugaba al baloncesto. Lo dejó por una lesión, pero los deportes siguen siendo uno de los ejes de su vida, de la vida de los dos, como deja patente el título de su segundo álbum, Wet Tennis, que se acaba de publicar. “Es natural que los deportes inspiren nuestra música, hacemos temas sobre lo que ocurre en nuestras vidas y nuestras pasiones. En los conciertos no paramos de saltar y correr sobre el escenario”, señala él,
Original Sin, el primer sencillo, los presenta en una pista de tenis que transforman en pista de baile. La estética, siempre, es fundamental en su propuesta. “Nos encanta la ropa de tenis, que esté tan relacionada con la moda. El vídeo empieza con nosotros vestidos de blanco, hay muchos clubes de campo en los que solo puedes entrar si vas todo de blanco, pero acaba a todo color, porque nosotros definitivamente queremos vivir en un mundo mucho más colorido y abierto”. No es el único deporte del que habla el disco, en el que Halpern incluso le dedica una canción a Larry Bird, su “héroe”, nacido como él en Boston. La vida de Hawley-Weld ha sido mucho más nómada: “Nací en Alemania, fui a colegios internacionales, viví en Brasil, estaba rodeada constantemente de distintos idiomas, gente de diferentes culturas, y por eso pienso en el mundo como una gigante comunidad global”. Se refleja en su música, electrónica, positiva y sofisticada, en la que incluyen ritmos como la bossa nova y saltan de un idioma a otro. “Para nosotros es muy importante mantener un sentido del mundo global en lugar de una visión estrecha centrada en el inglés”, añade.
Durante el confinamiento, desde su casa de West Palm Beach (Florida), conectaron con gente de todo el mundo con directos ininterrumpidos, sus seguidores se autodenominaron Freak Fam. “Significó muchísimo para nosotros, nos ayudó a mantener la salud mental y nos motivó para levantarnos cada mañana”, explica Halpern. Ese compromiso social es importante para ellos, que reivindican los beneficios de la música de baile y apoyan proyectos a favor de la salud mental y a organizaciones como Planned Parenthood. “Estamos viviendo una crisis de salud mental, hay mucha gente que se ha sentido muy aislada, muy deprimida. Nuestro objetivo es ayudar a la gente a ver la parte positiva de todas las formas que podamos. Hacer música y compartirla es una forma, pero también hay muchas organizaciones que están haciendo un gran trabajo que nos encanta apoyar. Con nuestra energía queremos hacer que el mundo sea más alegre y vivo”, defiende Hawley-Weld .
Incluso a quienes no les suene el nombre del grupo sí que conocerán alguna de sus canciones. Han puesto banda sonora a varios videojuegos de FIFA, aparecido en anuncios de iPhone y servido como intro en los títulos de crédito de la serie The New Pope, de Paolo Sorrentino. “Hoy en día estar en todos esos medios es una de las mejores plataformas para compartir música. En Estados Unidos somos artistas independientes y llegar a tanta gente es increíble para nosotros”, destaca la vocalista. Su compañero incide en la importancia de conectar creativamente con otros profesionales, como el caso de Good time girl, el tema que salió en la serie de Sorrentino: “Ni siquiera era un single, no sabíamos que iba a tener esa vida, y no la hubiera tenido sin la serie. Es increíble cuando el arte de una persona y su visión se alinea con lo que tú haces”. Ahora inician una gira que también recalará en el Festival Cruïlla de Barcelona el 9 de julio en formato de DJ set (han remezclado a Billie Eilish, Katy Perry o Lady Gaga, y Halpern reconoce que le encantaría hacer un remix de Rosalía, si se lo piden). “Pondremos nuestras canciones favoritas y haremos una fiesta gigante de baile”, señana Halpern y Hawley-Weld lo confirma: “Siento que ahora los directos tienen un lugar incluso más especial en nuestras vidas, porque antes los dábamos por sentados y ahora sabemos lo que es vivir sin ellos”.
Lee el artículo original en SMODA.